"Gonzalo nunca representó para mí una tentación sexual. Yo me enamoré de su romance, de su sonrisa, de cómo me trataba, de su tibieza, de su ternura, de su respeto; era un caballero", expresó Dulce al recordar aquellos momentos llenos de emoción y dulzura.

Esta historia de amor prohibido demuestra cómo, en medio de las diferencias, el respeto y la ternura pueden construir recuerdos que duran toda una vida.